Aunque el significado del lujo puede ser ambiguo, por lo general suele asociarse a la abundancia de lo material y lo distante, pero poco se habla del lujo de la experiencia, de lo que se vive y se siente. En Cartagena de Indias, en Colombia, hay un lugar que fácilmente podría definir esa palabra desde todas sus esquinas, hablando tanto literal como figuradamente.
Es en el centro histórico de la ciudad donde se erige Casa Santiago Botero, un casón de frente colonial en el que prima la tranquilidad, lo suntuoso reposa en cada esquina sin ser aparatoso sino más bien admirable y el lujo cobra un nuevo valor desde lo humano y lo cercano.
Esta casa, que fácilmente podría hacer las veces de museo y galería, alberga en sus muros y rincones las obras de los artistas colombianos más ilustres, como el recién fallecido maestro Fernando Botero, David Manzur, el colombo-español Alejandro Obregón y la joven Manuela Echeverri, quien también es cofundadora de este espacio. Por dondequiera que se mire, allí un suspiro queda corto.